Es interesante ver que las personas que profesan no creer en Dios ni en “religiones”, en realidad si tienen una fe y su fe es muy similar a la de los pueblos que adoraban esculturas, al sol o la luna.
Las personas idólatras, adoran y ponen su fe en cosas que han sido creadas, como son el sol, la luna o alguna escultura. Estas personas ponen su fe y confianza también en algo también creado: las leyes naturales impuestas por Dios cuando creó el universo. Ponen su fe en la ciencia que estudia estas leyes naturales y se quedan encerradas en ellas, no pueden ni quieren ver mas allá
El Dios que creó las leyes naturales con su sola palabra, también puede romperlas y hacer un “milagro” cuando lo desee. El Dios que creó el universo, puede revelarnos lo que esta fuera del alcance de la ciencia, y de hecho lo hace por medio de su palabra.
Amigo, cada célula de su cuerpo, muestra la existencia, poder y sabiduría de Dios. El ADN presente en cada célula contiene información en palabras de cuatro letras para formar a todo el ser humano. Si esta información la pusiéramos en libros y los apilamos uno encima del otro, éstos llegarían hasta la luna.
Hay personas tratando de buscar vida inteligente en el universo, buscando información de señales de radio. Si encontraran solo un fragmento de una composición inteligente, dirían que hay seres inteligentes que crearon estas señales fuera de la tierra. ¡Pero no están dispuestos a aceptar que Dios existe, con la inmensa cantidad de información y belleza que hay en la naturaleza! Solo es cuestión de fijarnos un poco en las hojas, flores, animales para ver los exquisitos diseños del Gran Artista y la precisión y sabiduría del Gran Arquitecto.
Cuanta razón tiene la Biblia:
“Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.” Romanos 1:20-21
La misma naturaleza y sus leyes, en las cuales en las cuales el ateo pone fe, muestran la existencia de Dios. Es el corazón entenebrecido del hombre que inventa razonamientos para negar lo obvio.
De hecho, lo último que he visto es la teoría de las cuerdas en física. La física ha descubierto que el universo está tan afinado, con constantes tan precisas que no pueden variar nada, sin que haya un caos en el universo. Esto nos conduce directamente al Dios creador que afinó y sintonizó todo. Pero que es lo que el hombre hace: crea razonamientos falsos para seguir negando la existencia de Dios. Los científicos tratan de justificar este afinamiento con una teoría nueva que dice que existen infinito número de universos y que justo estamos en el universo que todas las variables afinadas coinciden. “Se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido”.
¡Dios creó todo para su gloria! Un extraordinario milagro es usted mismo, que fue creado con la capacidad de comprender y admirar la misma belleza.
El Dios creador, que hizo los cielos y la tierra, ha revelado, lo que la ciencia no puede mostrar: un día todos vamos a morir y vamos a rendir cuentas ante nuestro creador. Dios estableció sus mandamientos: no tener dioses ajenos, honrar padre y madre, no robar, no mentir, no adulterar, etc. Hemos violado las leyes impuestas por el Gran Legislador y vamos a dar cuenta por ello.
Todos merecemos ser condenados por violar sus leyes, pero Dios en su infinito amor, mandó a su hijo Jesucristo a morir por nuestros pecados en la cruz del calvario. Jesús resucitó, y ahora le ofrece el perdón de todos sus pecados. Solo debe ir con arrepentimiento y fe a Cristo para entregarle verdaderamente y de corazón su vida. Entonces toda la deuda por su pecado será pagada por el sacrificio de Cristo y Jesús le dará una vida nueva y una herencia bendita junto a Él por toda la eternidad.
"Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro."Rom. 6.23
¡Vaya a Cristo, hágalo ahora!
Santiago Freire.