Hudson Taylor, a sus 23 años ya había estado más de dos años como misionero en la China. Era el año de 1856. Estaba recién llegado a una de las ciudades de la China con más perversión y dónde peligraba su vida.
En un cuarto recién alquilando, junto con su compañero misionero Mr. Burns., dormían en maderas, solo tenían dos taburetes y su mesa eran los libros con una tabla encima. Calor insoportable, mosquitos, cucarachas gigantes voladoras, cien pies y lagartos eran su compañía. En este contexto, escribe una carta a su hermana Amelia. Luego de contarle su estado actual y la picadura de un cien pies le dice lo siguiente:
“Si deseas ser bendecida, busca primero el reino de Dios y su justicia. Y tú estarás en el camino correcto hacia todas las bendiciones. Muchas personas lo olvidan y buscan la felicidad en el mundo y no la alcanzan. Piensan, planifican, idean, intentan esto o aquello pero nunca llegan a la meta. Mientras que otros, sin buscar nada para si mismos, tienen gozo y paz derramada en sus corazones. Pues ellos colocaron en primer lugar el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas les son añadidas. Esto lo he comprobado con mi propia experiencia y te puedo asegurar que es cierto.”
Su biografía lo confirma. Hudson Taylor trabajó 51 años en China, fundó la Misión al Interior de China con la conversión de más de 18000 personas al cristianismo. Dios siempre le cuidó y proveyó. Pasó por pruebas difíciles, pero siempre fue librado. Su comunión con el Señor siempre le animaba y le daba paz en todo tipo de situaciones. La paz y gozo que solo un cristiano puede tener cuando vive en santidad y coloca su confianza en el Dios que creó los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos.
Hudson Taylor continua con su carta a su hermana y le dice:
“Ora fervientemente hasta que tus oraciones sean contestadas y puedas estar segura de que verdaderamente eres una hija de Dios. Entonces recuerda que eres Suya, pero todavía eres una niña. Es tu Padre quien conoce mejor lo que debes hacer y dónde estar. Así que pídele que te muestre cuál es su voluntad para hacerla. Pues es el único camino para el contentamiento y la felicidad.”
Estimado lector, ¿Sigue usted yendo tras las cosas de este mundo que siempre le dejarán vacío? ¿Ya es un legítimo hijo de Dios? ¿Ha nacido de nuevo?. Solo en Cristo puede hallar el verdadero gozo y felicidad que este mundo jamás le dará. Y sobretodo, puede tener el perdón de pecados, la salvación, y una herencia gloriosa junto a Jesús.Pídale a Cristo la salvación.
“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” Filipenses 4:4
Santiago Freire