"se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes" Daniel 6:10b
Esto es lo que hizo Daniel, cuando supo que si oraba a Dios, sería hechado a los leones. Y lo hizo con las ventanas abiertas como siempre lo hacía. Y no una vez, sino tres veces al día. Oraba y daba gracias a su Dios.
¡Cuan importante es la oración! Dios obra por medio de la oración de sus hijos. Dios lo confirma una y otra vez en su palabra:
"La oración eficaz del justo puede mucho" Santiago 5:16b
Las oraciónes de sus santos, fieles y en comunión con su Dios, pueden transformar un país, más que 1000 políticos. El Dios que creó los cielos y la tierra escucha las oraciónes y obra. Los grandes avivamientos comenzaron por un grupo de cristianos orando.
Que avergonzados debemos sentirnos por descuidar la oración y minimizar su importancia. Daniel lo tenía claro. Era más importante orar que evitar ser lanzado a los leones.
Adicionalmente, nuestras oraciones deben estar llenas de agradecimientos, como lo hacía Daniel: "y daba gracias delante de su Dios"Siempre debemos agradecer a Dios en nuestras oraciones. ¿Como nos sentiríamos si alguien solo nos pidiera y nunca nos diera gracias?
Esto lo aprendí en el año 2013 cuando pase por fuertes pruebas. Me la pasaba pidiendo y preguntando ¿porque?. Hasta que leí a Macarthur analizando Filipenses 4:6-7
" Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias" Fil 4:6
¡CON ACCION DE GRACIAS! Como transformó esto mi manera de orar. Antes maximizaba mis problemas y alimentaba más mi angustia repitiendo en las oraciones lo que me afligía. Luego comencé a orar agraciendo. Tenía tantas bendiciones por las que agradecer, incluyendo la más grande ¡La salvación y la vida eterna!. Cada vez que agradecía, todo los problemas se hacían cada vez más pequeños, y la oración verdaderamente quitaba mis cargas.
Luego vi verdaderos milagros. La prueba pasó y mi fe fue fortalecida.
Daniel fué hechado a los leones, pero su ojos vieron como Dios envió a su angel a cerrar la boca de las fieras. Daniel salió ileso y sus enemigos fueron destruidos.
Hermanos no dejemos de orar y agradecer a nuestro gran Dios.
Y tu amigo, si tu todavía no le has entregado tu vida a Cristo, hazlo ahora con arrepentimiento y fe. Tus pecados serán perdonados, tendrás vida eterna y tu vida cambiará para siempre.
Santiago Freire